¡Y ya es primavera aquí! Las garzas anidan en el lago Cashibococha
Octubre ha llegado a su fin y la primavera está llegando lentamente a la Amazonía peruana. ¡Sí, es primavera! Con ella llega la temporada de lluvias existe la oportunidad de respirar con calma el aire fresco y húmedo y bañarse en los fabulosos aromas de la selva. La fauna local «estacional» también está cambiando.
En el lago Cashibococha el nivel del agua aumenta notablemente. Y sus costas desde lejos se ven blancas como la nieve debido a la aparición de muchas garzas blancas, que organizan aquí sus bailes y juegos de apareamiento. En nuestro lago puede encontrar dos especies de estas aves a la vez: una garza grande (su altura alcanza hasta 97 cm) y una pequeña.
En general, La Garza (lat. Egretta alba) vive en todos los continentes excepto en la Antártida, principalmente en la zona tropical y subtropical. Por su vuelo suave y gracioso, a esta ave se le llama la «reina» de los humedales. Plumaje blanco, cuello largo, pico amarillo alargado y patas alargadas muy delgadas son las principales características de esta especie.
La garza grande es muy sociable: anida en costas pantanosas de cuerpos de agua en colonias de hasta varios cientos de individuos, a menudo en las cercanías de otras especies de aves. Organiza nidos en pliegues de juncos y arbustos o árboles bajos, donde puede poner hasta cinco huevos azulados. Las garzas se alimentan de insectos, peces y anfibios, que se capturan en aguas poco profundas. En el Perú, esta especie de aves se encuentra bajo la protección del estado, con especial cuidado, las garcetas están protegidas en los manglares de Tumbes, Paracas, Pacaya, Samiria, Manu.
Por cierto, en la región de Ucayali hay una leyenda dramática sobre la garza blanca. Dice que una pareja con dos hijos y una pequeña hija que llamada Blanca vivía a orillas de uno de los afluentes del río Ucayali (se dicho, «Blanquita» por qué vestía un vestido blanco). La niña era muy trabajadora, diligente y ordenada, y también se comía fácilmente cualquier pescado, sin importar cuán huesudo fuera.
Al crecer, Blanquita se convirtió en una niña muy hermosa y delgada con piernas largas y una cara bonita. Algunas personas malas comenzaron a envidiarla tanto que querían que se calmara. Incluso los hermanos, abrumados por los celos y la envidia, la odiaron tanto que fueron juntos en busca de una bruja o un hechicero para convertir a Blanca en un pájaro. En una noche cuando no había luna y tampoco estrellas en el cielo, una vieja bruja, habiendo realizado su acto de magia negro, convirtió a una dulce niña en una hermosa garza del color de su vestido y la sentenció a la vida a orillas de ríos y lagos. Con el tiempo, la gente notó que todos los días una hermosa garza se acercaba al río, nadando y pescando durante horas.
Muchos años después, sintiendo la cercanía de la muerte, la bruja confesó que había convertido a Blanquita en una garza. Incapaz de convertir su espalda en una persona, la bruja dotó a los indios locales con las cualidades de una niña: les dio diligencia, trabajo duro y pureza, así como la capacidad de comer hábilmente cualquier pescado. Los indios de la región de Ucayali creen tanto en esta leyenda que cuando la garza sobrevuela sus chozas, lanzando su característico grito («kau-kau-kau-kau»), hacen que los niños traguen saliva. Se cree que al comer pescado, los huesos pequeños no se atascarán en la garganta.
Por cierto, en el restaurante de nuestro Ecolodge cocinan bien pescado de la zona. Aquí se encuentra una gran variedad de especies: gametana, bocachiko, paiche, tucunaré, donsella, bagre, lisa, carachama, sardina, piraña, palomita, etc. Los platos de pescado peruano no solo son sabrosos, sino también útiles para salud: no es de extrañar que sean tan apreciados por los amantes de los productos naturales. Gratin de paiche con salsa de palmitos, donsella a la mantequilla, paiche antikouchera, chicharron y patarashca de donsella, sudado de tucunaré con langostinos … Todos estos platos los puedes probar en nuestro restaurante.